A mediados de enero de 1907 la comisión se dirigió a ver el terreno, localizado en el barrio de Crucecita en Avellaneda. Un amigo personal de los fundadores, el jugador Juan Irigoyen, trajo la propuesta de ir a ver un pequeño campo en Avellaneda. Dicho campo era un buen terreno, parejo y cubierto de césped. Irigoyen presentó a los miembros de la comisión al encargado del campo, con el que se realizó un convenio de alquiler por el término de 5 años.